La sociedad de las pantallas

Comentario sobre el fundamentalismo de la imagen en la sociedad del espectáculo.



"El fundamentalismo de la imagen en la sociedad del espectáculo" de José Ignacio Aguaded, Ramón Ignacio Correa y Ramón Tirado (profesores de Tecnología Educativa del Departamento de Educación de la Universidad de Huelva) es un artículo que nos habla de temas relacionados con el poder de la imagen, el control de los medios de comunicación y la revolución cultural que supone la invención y el uso de Internet.
En un primer apartado, el artículo se centra en el proceso de comunicación en la sociedad, marcando algunos hitos históricos que han desencadenado cambios importantes en la mentalidad de los pueblos. Los límites naturales de las culturas primitivas se fueron haciendo más amplios con la invención del alfabeto y el desarrollo de distintos soportes para trasladar las palabras y conservar la memoria. Con el descubrimiento del telescopio se desmonta la visión teocéntrica del mundo y se abren nuevos campos de investigación. Pero es, sobretodo, con la invención y desarrollo del ciberespacio cuando los procesos comunicativos evolucionan hacia lo que se denomina "la ubicuidad", es decir, la capacidad para "ser" y "estar" en todas partes a la vez.
A continuación, se analiza la función que cumplió la imagen como instrumento adoctrinador por parte de la Iglesia tras la invención de la imprenta. La imagen se utilizó, por su inmediatez, emotividad y universalidad, como elemento de persuasión para convencer del cristianismo a las clases menos pudientes, en las que el analfabetismo estaba más extendido.
En el tercer apartado, los autores del artículo reflexionan en términos parecidos cuando hacen notar el uso que se le da a la imagen en las modernas sociedades aparentemente democráticas. Y es que el mensaje visual, que domina el discurso de los medios de comunicación, está casi siempre manipulado e intenta dirigir las mentalidades, creando corrientes de opinión favorables a la clase dirigente. Desde este punto de vista, las actuales democracias son más bien vistas como sutiles dictaduras, dominadas por la industria de los medios al servicio de grupos de poderosos privilegiados que intentan "fabricar el consenso", legitimando las conductas de lo políticamente correcto. Ni que decir tiene que la publicidad se encargará de crear las falsas necesidades consumistas, los estilos de vida y las realidades estereotipadas, frente a las que el ciudadano con una actitud pasiva o poco crítica será fácilmente vulnerable.
Más adelante, se cuestiona la realidad ofrecida por los medios, especialmente la de la imagen televisiva. En una economía radicalmente liberal, la imagen se convierte en una mercancía mas, capaz de generar beneficios y condicionando claramente su naturaleza hacia lo que vende, es decir, hacia la espectacularidad. 
Este espectáculo se articula en torno a dos recursos fundamentales, a saber, cuanto más inmediata sea la noticia y cuanto más emocionante sea la información ofrecida, más veraz o más realista parece aunque, finalmente, pueda degenerar en una versión falseada de la realidad.




El efecto Kuleshov.

En este vídeo el cineasta Alfred Hitchcock nos explica cómo, gracias a la combinatoria del montaje, un mismo primer plano del rostro de un personaje puede expresar diferentes emociones dependiendo de las imágenes que el espectador perciba antes de su visionado.
Si un hombre mayor sonríe tras mirar la apacible imagen de una madre con su hijo, el espectador asocia al personaje valores positivos de familiaridad y cariño. Sin embargo, si un hombre mayor sonríe después de mirar a una jovencita en bikini sobre el césped, el espectador asocia al personaje connotaciones de lascivia.